lunes, octubre 20, 2025
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Cuenca Madre de Dios, nueva esperanza energética de Bolivia

Bolivia abrió un nuevo capítulo en su política energética con el inicio de la perforación del pozo Tomachi-X1 de investigación estratigráfica (TMC-X1 I.E.), en el departamento de Pando. La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) busca confirmar el potencial hidrocarburífero de la cuenca Madre de Dios, considerada una frontera estratégica por su cercanía con la cuenca Camisea en Perú, una de las más productivas de Sudamérica.

El gerente nacional de Exploración y Explotación de YPFB, Fernando Arteaga Pinto, informó que los trabajos comenzaron el pasado 30 de agosto, tras el montaje del equipo BLD-7, con capacidad de 2.000 caballos de fuerza. El pozo prevé alcanzar una profundidad de 3.250 metros, atravesando formaciones del Devónico Superior hasta la denominada Tomachi, identificada como roca generadora.

“Explorar la frontera con Perú nos permite abrir la posibilidad de encontrar hidrocarburos líquidos y consolidar un polo energético en el norte amazónico”, sostuvo Arteaga.

La perforación demanda una inversión de Bs 271,7 millones y se desarrolla en el área Cobija, que abarca un millón de hectáreas bajo administración exclusiva de YPFB. Este bloque se convierte en una de las mayores apuestas de exploración en regiones no tradicionales, con el fin de diversificar las reservas y reforzar la seguridad energética del país.

La cercanía geográfica con Camisea ofrece un aliciente adicional: si se confirman hallazgos, Bolivia podría fortalecer la integración energética con Perú y proyectar nuevas oportunidades de exportación.

El pozo se ubica en la comunidad de Empresiña, municipio de Filadelfia, en una región donde la producción de castaña certificada para exportación es la principal actividad económica. Ante este escenario, YPFB aseguró que mantiene un monitoreo ambiental permanente, en cumplimiento con la normativa nacional, para garantizar que la exploración no afecte los ecosistemas amazónicos.

El proyecto ya genera empleos directos e indirectos, lo que se traduce en ingresos inmediatos para la población local. Líderes comunitarios esperan que la actividad petrolera pueda convertirse en un motor de desarrollo para un departamento históricamente relegado en inversión productiva.

La cuenca Madre de Dios, largamente considerada de alto potencial pero escasamente explorada, comienza a ser parte del mapa energético boliviano. Para YPFB, el Tomachi-X1 es más que un pozo: representa la posibilidad de diversificar las reservas, fortalecer la soberanía energética y vincular el crecimiento económico con el desarrollo regional y la sostenibilidad ambiental.

Si los resultados confirman la existencia de hidrocarburos líquidos, Bolivia podría no solo ampliar sus reservas, sino también abrir un nuevo horizonte energético en plena Amazonía.

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